lunes, 22 de diciembre de 2008

Pequeños rituales para 2009

Pensar en la Nochevieja es sentir que llegamos a un punto final para comenzar de cero. No tiene que significar que queramos cambiar todo en nuestra vida, puede ser simplemente tener el deseo que variar malas costumbres que hemos cogido, las ganas de enfrentarnos a los problemas cotidianos de otra manera o dar de una vez el portazo que nos libere de lo que nos limita día a día. La gran mayoría de nosotros tenemos propósitos nuevos para comenzar de otra manera y es el 1 de Enero el día que nos decimos que sí que podremos llevarlo a cabo.

Fin Año

Muchos son los rituales que existen para esa noche tan especial. Algunos son muy conocidos como el de tomarse las uvas con la campanadas y otros lo son menos, como algunos que explicaremos a continuación.

Pero empecemos con las famosas “doce uvas de la buena suerte“. La tradición dice que con cada una de las doce campanadas finales del año hemos de comernos una uva y que si conseguimos terminarlas todas a tiempo, sin atragantarnos ni hacer trampas, es que nuestros deseos se verán cumplidos en el año que comienza a andar. También se dice que hay que comer uvas con semillas, nada de esas que vienen preparadas en una latita que hasta peladas están, y que, una vez terminado el tiempo, hay que contar las semillas que hemos conseguido expulsar: a mayor cantidad, más suerte tendremos en los doce meses siguientes.

Otros rituales propios de esa noche son, por ejemplo, el de tener dinero en las manos justo en el cambio de año para así atraer a la prosperidad, lo cual se consigue también si llevas puesto ropa interior amarilla o si pones un pescado asado en la mesa de la cena, pero te comes sólo la cabeza y no la cola. También puedes poner monedas, mejor si son de otros países, colocadas en las distintas esquinas de la casa. Para atraer el amor, lo que se suele hacer es ponerse ropa interior roja. Si te pones la ropa al revés lo que atraerás es la abundancia de cosas materiales.

Si lo que quieres es viajar, que el año entrante llegue cargado de viajes emocionantes, llena esa noche una maleta con tu ropa y sal a dar una vuelta alrededor de tu casa, o al menos por la zona.

Hay un precioso ritual que podrás realizar con toda la familia y que encantará sobre todo a los más pequeños. Cuando termines de brindar por el nuevo año, coge de nuevo la botella que han utilizado para brindar, que estará vacía, y adapta el corcho para que lo puedas volver a introducir en ella y quede bien cerrada. Entonces puedes comenzar el ritual: cada uno de los asistentes debe escribir, en un papelito, lo que desea para el año próximo sin que lo vean los demás. Luego cada uno lo introducirá en la botella que más tarde quedará bien cerrada. Esta botella ha de lanzarse al mar o a un río, pero por donde haya corriente para que no se quede estancada, pidiendo a ese mar o a ese río que acoja vuestros deseos y les de movimiento para que se cumplan.

Hagas lo que hagas esa noche, te decidas o no a practicar algún ritual, lo más importante de todo es que te sientas lo más feliz posible, que la alegría llene tu casa y rodee a los que más quieres. Esa es la mejor manera de comenzar un nuevo año.